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A virtual exposition: Again

¿Cómo construye un autor su propia obra?. Supongo que como mis contemporáneos, de sus propios pasos. De su registro por aquello que le confiere curiosidad y que al llamado de los tiempos le anima a crear.

 

 Crear, no ha sido fácil. En estos años en los que me mantuve entretenido con la vida, registré como pude la obra que hoy puedo compartir con ustedes.

 

 

 No hay búsqueda del estilo. Ya lo decía el maestro Francisco Moyao: El estilo es aquello de lo que todos se ufanan, sobre todo los más jóvenes que con frecuencia tienen arranques de estilo; ¿Cómo le harán?, apenas han pintado o esculpido un par de obras y ya presumen de ese algo que a los viejos nos ha llevado tantos años descubrir. Yo en cambio tengo tantos años de trayectoria que cuándo los veo pavonearse no me queda sino quitarme el sombrero frente a ellos, porque en mi caso  no lo encuentro, y finalizaba: Yo prefiero llevar un registro de mi vida, que al final es el registro de mi obra; Como las huellas al pasar.

 

 Coincido totalmente.

 

 Yo digo de mi obra, que me ha llevado por caminos áridos y estrechos, pero alegres. Dotados siempre de un sentido de curiosidad tal como la vida.

 

 Y digo también que aunque dura, la vida ha sido conmigo amable y por eso es que no me he volcado en crear por desesperación sino más bien por amor; Aquel amor que me inspiraron mis maestros en la Universidad, nuestra tan generosa UNAM

 

 

 Y de pronto nos encontramos en presencia de un mar de información que salío a nuestro encuentro en todas direcciones, y se apareció ante nosotros en forma de arrobas y de Internet, de nuevas tecnologías y de imágenes explorando lo posible y lo imposible...

 

 Cuándo yo estaba saliendo de la universidad; Las ideologías estaban tocando la despedida, los muros comenzaron a caer y nos preguntabamos que vendría

 Eso que llaman globalización, y esto que llaman arte. En mi caso prefiero indagar: Recurrir a las imágenes, a las eternas imágenes que nos amenazan con ahogarnos por ser infinitas...o tal vez estemos en presencia de un finito más extinto de que tuvieramos idea sin darnos cuenta.

 

 

 El reto de enseñar, requiere de una paciencia de la que lamento confesarme: No tengo, pero que me ha obligado el fino arte de hacer en mi patria como en todo: De tripas Corazón.